El Cipitío, hijo de la Sihuanaba, es un personaje muy conocido en las leyendas del Salvador. Se trata de un niño pequeño y barrigón que nunca creció.
El Cipitío se alimentaba de guineos y de la ceniza que queda en las cocinas de leña de las viviendas rurales. En su cabeza lleva un sombrero muy grande que se mueve al compás de su caminar. El Cipitío aparece por las noches como un espíritu burlón haciendo bromas, riendo y bailando alrededor de su víctima.
Se cuenta que el Cipítio arroja piedritas a las muchachas bonitas que van solas a lavar la ropa a las pozas de los ríos.
El Cipítio es hijo de Dios, pero su aspecto es el de un niño de bajas condiciones sociales y económicas, con una deformación en los pies de modo que los tiene hacia adentro, también tiene una enorme barriga pero cuenta con el poder que le permite aparecer y desaparecer en otro lugar.
El nombre viene del “nahuatl” Cipit que significa “niño”, de donde se forma la palabra cipote, utilizada para nombrar a los infantes en el Salvador.
Esta leyenda ha sido redactada por...
Walter Hernández de 2ºcurso y su madre Karen Hernández
País: El Salvador
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